Consejos y Tips

 

Compartimos consejos, tips y puntos a considerar antes de comprar un auto usado o seminuevo, así como recomendaciones sobre tu auto, su cuidado y mantenimiento.


Uno de los elementos de seguridad más olvidados es la llanta de refacción, pero de ello puede depender tu integridad. Aquí te decimos cómo verificarla.

Tal vez por estar guardada en la cajuela o debajo del auto es que escapa de nuestra mente, pero la llanta de refacción es uno de los elementos vitales que deben acompañarnos en todo momento.

Con tantos baches, coladeras sin tapa y zona de obras, los caminos se convierten en obstáculos, y nunca sabemos cuándo podemos sufrir una ponchadura, por ello  te decimos cómo puedes revisar que tu llanta de refacción está lista para rodar.

No todos los autos o tipos de neumáticos permiten el traer consigo una llanta de refacción (como los súper deportivos, o los neumáticos anti-ponchadura que permiten rodar unos 30 kilómetros a baja velocidad).

Hablemos de generalidades. Existen dos tipos de refacciones: 

La llanta habitual

Muchas armadoras utilizan el mismo rin para el neumático de refacción. Se recomienda mantener esta llanta inflada dos libras por arriba de lo que los neumáticos montados en el auto, por ejemplo: si las cuatro llantas en uso tienen una presión de 30 libras, la de refacción deberá estar en 32.

Esto es con el fin de prevenir que la llanta pierda presión al estar guardada en la cajuela, así, al momento de usarla, estará lista para salvarte del problema.

Se recomienda revisar la presión de esta llanta cada dos meses.

La llanta "dona”

Algunas armadoras utilizan un neumático mucho más delgado y con un rin más pequeño que el utilizado en tus cuatro ruedas. Esto es con el fin de ahorrar espacio en tu cajuela. 

Estas ruedas tienen una leyenda que dictamina la velocidad máxima a la que pueden rodar. Te pedimos siempre respetes ese límite, de lo contrario no se garantiza el agarre o resistencia de la goma. Requiere una presión específica que viene marcada en cada llanta, por favor, respétala.

Este neumático deberá servir únicamente para llegar a la vulcanizadora o refaccionaria, por lo que no deberás usarla más tiempo, pues su tamaño distinto puede alterar los sistemas del auto, además de ser inestable.

Seas o no un amante de los autos te interesa mantener tu vehículo en buen estado en todos los aspectos, y por ello, aquí te presentamos algunos consejos para proteger la intensidad y el color de la pintura por mucho más tiempo.

No siempre se puede tener el vehículo en una cochera y con una cubierta que lo aísle de los rayos del Sol, pero en la medida de lo posible, trata de mantenerlo bajo techo.

El Sol es el peor enemigo del color y por ello es bueno que tu auto no pase muchas horas expuesto. Y así como el Sol daña el color, la lluvia también afecta al metal, provocando oxidación en la carrocería.


 


 

Cuidado de la pintura

Pero mantenerlo resguardado de estos dos elementos no es lo único que puedes hacer en favor de la pintura de tu automóvil. No es extraño que los pájaros hagan de la suyas y le atinen a tu vehículo, por lo que debes limpiarlo apenas te des cuenta, pues sus desechos son enemigos naturales de la pintura.

Te recomendamostraer una botella de agua y una franela en tu cajuela, así cada que un ave "ataque” a tu auto, estarás preparado para remover el desecho.

Una de las mejores maneras de mantener en buen estado la pintura es colocar una capa de protección, por lo que se recomienda encerar el auto al menos una vez al mes.

No sólo "extenderás” el lavado del vehículo, sino que blindarás la superficie de lluvia, polvo y rayos solares.

Cuando tengas que estacionarte en un lugar público te recomendamos que lo hagas al lado de automóviles nuevos o cuidados, eso reduce la posibilidad de que sus propietarios le den un portazo a tu auto, pues son personas que cuidan su propio coche.

Con estas recomendaciones verás como la vida de tu pintura se extiende y lucirás un auto como recién salido de la agencia.


¿CADA CUÁNTO DEBO CAMBIAR EL ACEITE DE MI AUTO?

 

Una pieza clave para que tu automóvil tenga un óptimo desempeño es el aceite. Conforme pasan los kilómetros, el aceite se va "quemando” y la suciedad podría dañar tu motor o simplemente afectar la lubricación entre las piezas.

Por ello, debes realizar el cambio de aceite con regularidad. De acuerdo a los hábitos de manejo, el cambio podría ser necesario desde los tres meses hasta los 12 meses. Lo más recomendable es hacerlo dos veces por año.

Se recomienda que el cambio de aceite vaya ligado al cambio de filtros y de bujías para mantener todo el sistema limpio. Es un proceso sencillo que no necesariamente involucra el llevar el auto al taller, aunque siempre es recomendable que lo haga un experto.

Tips:

  • Compra sólo lo necesario. La mayoría de los autos necesita de 4 a 6 litros. Que no te vendan de más.
  • En el manual de tu auto dice la especificación recomendada para tu motor (Rendimiento API). Si es un momento de urgencia puedes colocar un estándar, como el tipo 10W-30.
  • Apaga el motor de tu auto 10 minutos antes de realizar el cambio.
  • Un día después de realizado el cambio, revisa debajo del auto que no haya fugas. En ocasiones no se cierra bien el depósito.

Recuerda que todos nuestros vehículos son sometidos a revisión de 154 puntos de seguridad. Dale click a nuestra sección de "Seminuevos” y sólo preocúpate por escoger el auto que más se adapte a tus necesidades.

Salir a carretera es uno de los mayores placeres para quienes nos gusta manejar, pero antes de acelerar debemos revisar estos puntos de seguridad.


Siempre que vamos a salir a carretera nuestros familiares y amigos nos dan un vital consejo: "No olvides revisar tu auto”, pero nunca nos dicen qué es lo que tenemos qué revisar. Por ello aquí te dejamos estos puntos básicos que pueden evitarte un mal rato:

1. Llantas

Lo primero es el estado de los neumáticos. El dibujo debe tener, al menos, 1.6 milímetros de profundidad. Recuerda inflar las llantas a la presión recomendada por cada armador. Lo puedes revisar en tu manual.

2. Frenos

Revisa que el nivel del líquido de frenos sea el óptimo. Abre el cofre, ubica el depósito y si le falta líquido, tu mismo puedes rellenarlo. Recuerda, nunca debe estar debajo ni encima de los niveles establecidos.

Si tus frenos son de discos, puedes hacer una comprobación visual del estado de las balatas y los discos. Si no hay pastilla de frenado o los discos están rayados, puedes traerlo para mantenimiento. Si tus frenos son de tambor, nosotros te podemos ayudar.

3. Anticongelante

Para revisar el anticongelante (y cualquier líquido) se recomienda que sea en una superficie plana, que el auto esté apagado y que el motor se haya enfriado. Revisa el depósito y verifica que el líquido se encuentre por encima del mínimo y debajo del máximo. Al igual que los demás líquidos, estar por encima del nivel también perjudica al motor.

NUNCA ABRAS ESTE DEPÓSITO SI EL MOTOR ESTÁ CALIENTE, PUES EL LÍQUIDO HIRVIENDO SALTARÁ.

4. Aceite

Retira la varilla de niveles, limpiala con un trapo o periódico y vuelve a introducirla para tener una nueva lectura. Si le hace falta líquido, revisa en tu manual qué tipo de aceite recomienda la armadora para tu auto. Destapa el depósito (la tapa dice, generalmente: "OIL”) y vierte el aceite.

5. Llanta de refacción

Confirma que la llanta de refacción esté en buenas condiciones y con la presión recomendada. Así mismo verifica que cuentes con gato, llave, triángulo de precaución, linterna sorda y franela roja.

Además, llena el tanque de gasolina antes de salir. Procura llevar un galón con agua y que tu batería se encuentre cargada (cualquier taller eléctrico te puede dar la lectura).

 

¡Ahora sí, listo para comer kilómetros!



 Los tipos de suspensión son tan variados como pudiéramos imaginar, sin embargo la mayoría de los autos de cuatro ruedas y dos ejes funcionan con sistemas muy parecidos.

Hablando de generalidades, los sistemas de suspensión que encontramos en el mercado son tres:

*Independiente.-Cada rueda se ajusta a las ondulaciones o variaciones en la superficie sin transferirlas a otra rueda.

*Semi-independiente.-Parte de los movimientos de cada rueda rueda se transfieren o comparten con otra rueda.

*Eje rígido.- Todos los movimientos provocados por la superficie, se transfieren a la otra rueda del eje.

La suspensión está conformada de Resorte y Amortiguador.

El Resorte absorbe los impactos, se comprime y de inmediato regresa a su longitud original. Pueden ser helicoidales (espiral) o de flejes (ballestas).

El Amortiguador sirve para eliminar las vibraciones del resorte. Los amortiguadores modernos son de doble acción, es decir, regulan la comprensión y la expansión gracias a sus cámaras que intercambian fluido hidráulico.

Muchos de los autos utilizan la suspensión independiente McPherson que usa un amortiguador unido al buje de la rueda. Las ruedas se unen por un brazo o por un triángulo.

Otra suspensión es la de Paralelogramo deformable, en el cual la unión entre la rueda y la carrocería se da por medio de elementos transversales, colocados en diferentes planos. No todos son tan simples y encontramos un ejemplo en las ruedas delanteras de los autos de Fórmula Uno.

Mantenimiento

En la suspensión McPherson, el mantenimiento comienza con los aspectos visuales. Al abrir el cofre del vehículo se puede observar la parte alta del amortiguador que va anclado al chasis. Las gomas (cojinetes) no deben mostrar desgaste, si es así, habrá que cambiarlas.

Otro signo de desgaste se da en los bujes. Al momento de frenar o de impactar contra un tope o un bache escucharás un golpeteo o un deslizamiento de la rueda. Deberás llevar el auto al mecánico, pues su cambio debe ser inmediato.

Para comprobar que la suspensión aún funciona: cuando tu auto esté estacionado, empujalo hacia el piso. Si "regresa” a la misma velocidad a la cual lo bajas es que tu suspensión está en buen estado. Si tarda en "subir” (o no lo hace) es tiempo de cambiar los amortiguadores o resortes.

Esperamos que esta mirada general a la suspensión sea de tu ayuda.

Además de que su uso es obligado por los reglamentos de tránsito, el cinturón de seguridad salva vidas. Por eso debes verificar el perfecto funcionamiento de este importante aditamento.

 No hay un elemento de seguridad que salve más vidas en accidentes automovilísticos que el cinturón de seguridad. Los reglamentos de tránsito han obligado su uso, pero más allá de eso, su buen funcionamiento es clave antes de emprender el camino.

Estudios de la National Highway Traffic Safety Administration de Estados Unidos, demuestran que el 73% de los pasajeros que sobrevive a accidentes en los cuales se presentan muertes, usaron cinturón de seguridad.

El mismo estudio demuestra que seis de cada 10 niños mueren por no llevar cinturón de seguridad al momento de un choque. Salir expulsado tras un impacto por no tener cinturón te deja con 5 veces más probabilidades de morir que si estás dentro del vehículo.

Por ello, es necesario que revises estos 5 puntos:

1. Que la placa de enganche esté completa (es la parte de metal que se introduce en el enganche).

2. Que el enganche no se encuentre desgastado o no haga presión.

3. Que la correa del cinturón no esté rota.

4. Que el pretensor (el sistema que tira el cinturón para atrás y se mantiene firme mientras conduces) funcione.

5. Que el "ajustador de altura” (cuando se trata de un cinturón de tres puntos) se encuentre a la altura de tu oreja, para que la correa cruce por la clavícula, el medio del pecho y termine al lado de la cadera.

Si alguno de estos puntos falla será necesario que lo lleves a reparar pues no se garantizará su buen funcionamiento e incluso en autos con bolsas de aire podría no activarlas en caso de una colisión.

Recuerda que todos nuestros autos en la sección de "Seminuevos” han pasado exitosamente la revisión de 167 puntos de seguridad, con lo que sólo te preocuparás por escoger el que más te guste y se adapte a tus necesidades.


La seguridad en el auto comienza por uno mismo.

¿Sabes cuál es la posición correcta al manejar?

Aquí te decimos cómo tendrás un mejor desempeño y aumentarás tu seguridad.


Cuando se les solicita a los conductores en México que califiquen su manejo, la mayoría afirma que lo hacen de manera excelente, pero cuando se les pide que muestren su posición al volante confirman el porqué existen tantos incidentes de tránsito.
El hecho de que ya no se requiera de un examen de manejo para obtener la licencia ha hecho que se descuiden aspectos básicos de seguridad, como la posición correcta para manejar.
Para que aumentes tu seguridad, la de tus acompañantes y te ayudemos a prevenir dolores de espalda, te dejamos estos tips con la posición correcta detrás del volante, desarrollados por especialistas:

1 No se trata de estar acostado para sentirte cómodo. Olvida la postura que tienes frente al televisor. Manejarás un auto de al menos una tonelada, necesitas una posición correcta.

2 Siéntate con la espalda bien apoyada al respaldo del asiento. Desde los hombros hasta la espalda baja.

3 La distancia respecto al volante la dictaminará el largo de tus brazos. Estira tus brazos (sin despegar la espalda del respaldo) hasta que tu muñeca toque la parte alta del volante

4 La posición de las manos al sujetar el volante deberá ser la conocida como las "9:15”, como si el volante fuera un reloj y nuestras manos las manecillas. La mano izquierda estará en el punto de las 9 horas y la mano derecha en el minuto 15 (o 3 horas). (De esa manera permites que si se activa la bolsa de aire desde el volante no golpeé tus brazos y se infle de manera correcta).

5 Las piernas deberán poder estirarse sin dificultad, para que las plantas de los pies puedan empujar fácilmente los pedales.

6 El apoyacabeza deberá sobresalir uno o dos centimetros por encima de la altura de tu cabeza, para protegerte en caso de un frenado de emergencia o una colisión.

7 El cinturón de seguridad deberá pasar por tu clavícula y en medio del pecho, hasta terminar al costado de tu cadera, de esa manera se evitan los desplazamientos al comento de un contacto.


Se aconseja que el asiento se mantenga lo más bajo posible, pero eso dependerá de tu campo de visión.

10 tips para cuidar los frenos de tu auto


El sistema de frenos de tu automóvil es la parte más importante para garantizar tu seguridad y la de tus acompañantes. Mantener su buen funcionamiento es sencillo.

La parte principal del sistema de seguridad de tu vehículo son los frenos. Si cuidas su buen funcionamiento no sólo evitarás un incidente, sino que le ahorrarás varios miles de pesos a tu cartera.

Garantizar su buen funcionamiento es sencillo y resulta barato si se realiza de manera periódica. Por ello, hemos reunidos estos tips que te ayudarán a tener un frenado perfecto y mantener tu auto en gran estado.


1 Lo primero que tienes que saber es que la revisión es MUY sencilla y no te llevará tiempo. Si se realiza de manera periódica es fácil y barata.

2 Revisa el nivel del líquido de frenos al menos cada dos meses. Manténlo en lo recomendado por la armadora. Puedes realizar esta revisión cuando vayas a cargar gasolina.

3 Jamás coloques líquido ya utilizado, pues el espesor no será el requerido y la presión podría ser menor a la que tu auto necesita. Escucha las recomendaciones del vendedor.

4 Observa el estado de las balatas (las pastillas de frenos) cada 10 mil kilómetros. Si tus frenos son de disco, la revisión puede ser ocular. Escucha a tu auto cada que frenas, si "chilla” son los "llamados” de las balatas; ellos te indican que el cambio tiene que ser inmediato, no te esperes a que tu disco tenga zurcos, o tendrás que rectificarlos o cambiarlos, lo que será más caro.

5 Los autos con tambores en las ruedas traseras (en lugar de discos) requieren una revisión constante. Ajústalos --al menos-- cada seis meses. Los frenos traseros son un gran apoyo cuando circulas en el tráfico de la ciudad.

6 Si realizas un frenado de emergencia o fuerte y sientes que tu pedal vibra significa que los discos están en mal estado. Revísalos y si muestran ondulaciones, cámbialos, no te esperes a que suceda una avería aún mayor.

7 El frenado bajo lluvia no es igual de efectivo que el de un día soleado. Si pasaste por alguna superficie inundada y tus frenos se mojaron debes secarlos. Para ello debes disminuir la velocidad (deja de presionar el pedal del acelerador) y comenzar a presionar el freno poco a poco, bombeando, hasta que las balatas se sequen. Sabrás que están secas cuando tengas un óptimo frenado.

8 Utiliza siempre refacciones originales o compatibles al 100%.

9 No es recomendable que hagas modificaciones al sistema de frenos. Si es tu deseo modificarlo, siempre acude con un profesional.

10 Si por alguna razón debes realizar un frenado de emergencia mantén firme la dirección (no des 'volantazos'); presiona el freno de manera fuerte y no quites el pie del pedal aunque escuches que "algo truena”, eso es el sistema ABS que está funcionando. 

Comprar un auto seminuevo por tu cuenta no es tarea sencilla, a pesar de que así lo parezca.


Para estar seguro que no te venden "gato por liebre” hay que realizar una revisión a distintos puntos de seguridad y detalles que a la larga pueden resultar en un gasto económico mayor

Lo primero que se necesita es tiempo y no siempre se cuenta con él. Si tienes una pregunta, hazla, nunca se sabe lo que la respuesta te puede revelar. 

No sólo importa la respuesta, sino si el dueño lo hace con rapidez o desvía la vista y compra tiempo para construir una respuesta que te tranquilice.

Otro punto importante es hacerte acompañar por un mecánico, lo que podría suponer un gasto económico extra.

Entre los puntos que tienes que revisar es el odómetro. Se dice que el promedio anual es de 20,000 kilómetros. Si supera -de acuerdo a su edad- ese kilometraje no es recomendable que lo adquieras.

Abre la cajuela, el cofre y las puertas y revisa el color de la pintura o si tiene algún golpe visible. También es recomendable que toques toda la superficie del auto. De esa forma podrías sentir si recibió algún trabajo de hojalatería, lo que supondría un choque.

Deberás hacer lo mismo con las fascias y/o defensas. A veces se cambian tras un impacto y cuando no encajan bien con la carrocería es símbolo inequívoco de un mal trabajo.

Durante la revisión echa a andar el motor y deja el vehículo en un solo lugar, después apagalo y continúa la charla o revisión, de esa manera tendrás tiempo para revisar si tiene fugas. Mueve el auto, observa que no haya fluidos en el suelo, fugas de gasolina, aceite, anticongelante o agua.

Revisa la presión de las llantas al iniciar la inspección y repite el proceso al terminar. Observa la banda de rodamiento, eso te podrá decir si necesita trabajo de alineación, balanceo o hasta cambio, lo que supondría otro gasto.

Mira, mira y mira.

Observa toda la carrocería para revisar que no haya oxidación. Si encuentras una parte oxidada, debes saber que no hay manera de detenerla y el único arreglo es cambiar la pieza. Otro gasto.

Una vez que termines con el exterior, pasa al interior. Hay que verificar que las vestiduras no estén carcomidas, que los portaobjetos no estén rotos, que los tapetes no oculten sorpresas, que no haya marcas de inundaciones previas u oxidación.

Se tiene que revisar que no haya piezas pegadas o soldadas, como las manijas o los botones de seguridad de las puertas.

Se tienen que revisar los cinturones de seguridad y su buen funcionamiento, así como la vigencia de las bolsas de aire, de existir.

Uno de los puntos en los que hay que invertir más tiempo es el aspecto eléctrico. Estas reparaciones suelen ser las más caras, pues no hay una manera sencilla de encontrar las fallas.

Enciende la radio, las luces intermitentes, direccionales y las de niebla. Revisa que los indicadores del tablero funcionen. Incluso las luces interiores, pues cuando tienen fuga pueden dejarte sin batería.

Es común que el aire acondicionado no funcione correctamente. Arreglarlo supone una gran inversión.

Una vez que terminas con el interior, pasa al motor. Antes de echarlo a andar haz una revisión visual.

Que las mangueras y bandas no estén rotas, que no tengan un desgaste excesivo y que cumplan con las medidas. Que los depósitos no tengan grietas o perforaciones, así como puntos débiles visibles.

El mecánico podrá ayudarte para revisar una posible oxidación en el radiador y sistema de enfriado del motor.

Deberás revisar las bujías, si existe oxidación, grietas o puntos quemados. Si un motor lleva a cabo una buena combustión tendrá bujías con terminales de color bronce o gris.

Uno de los puntos más importantes del motor es el monoblock. Revisa que no esté agrietado, lo que supondría filtraciones de agua con el aceite. Mide los niveles del aceite y observa su color y viscosidad. Si está quemado es signo de un mal funcionamiento. Si está muy delgado, sucio o con olor a gasolina, supone problemas internos.

Si el vehículo cuenta con transmisión automática, revisa los niveles mientras el motor esté encendido. El fluido debe ser claro y rojo brillante. Si es obscuro o huele a quemado significa que esa transmisión necesita mantenimiento o reparación.

Ya que el motor está andando, acelera un poco. Es momento de revisar el tubo de escape. Si el humo tiene color azul, es que los anillos están desgastados. Un humo obscuro puede ser resultado de válvulas gastadas o que requiera cambio de filtros y aceite (afinación).

Es momento de iniciar la prueba de manejo. Aquí deberás prestar atención a lo que el oído y el tacto te informen. El ruido del motor debe ser homogéneo. Que sea una marcha estable, que sea "pareja” tanto frío como caliente, que muestre potencia tanto a marchas bajas, como altas. Que no tarde en responder.

Al momento de iniciar la presión al pedal del freno, deberá comenzar el proceso. Las paradas deberán ser firmes, estables, sin que el auto se mueva de la parte delantera o trasera o que se "jalonee”.

La dirección (volante) debe obedecerte en todo momento. No debe sentirse floja o cargarse a algún lado del camino. No deberá vibrar y las vueltas serán fluidas. De lo contrario, evidencia un problema mayor.

Si la transmisión es manual, los cambios de marcha no deberán tener un tope. El embrague debe entrar sin necesidad de pisar el pedal hasta el fondo. Los cambios deberán entrar suavemente, de lo contrario el problema podría ser millonario.

Cuando se trata de transmisión automática los cambios deberán ser suaves, rápidos y sin golpeteos. Pocas personas se preocupan de este tipo de transmisiones, pero sus problemas son comunes cuando han tenido poco o nulo mantenimiento.

Por pena no probamos la suspensión, pero si ves algún tope o boyas, maneja hacia ellas. Tanto a velocidad baja como rápida podrás saber si los amortiguadores están en buen estado. Si el vehículo rebota, es que necesita cambio. Eso es dinero.

Pasa por un charco o moja los neumáticos. Al manejar en línea recta deberás ver únicamente las marcas de dos líneas. Si ves cuatro, hay problemas.

Y estos son solamente algunos de los puntos que debes tener en cuenta al momento de revisar un seminuevo y antes de abrir la cartera.

Si te quieres evitar todo este desgaste te sugerimos que nos visites, pues nosotros realizamos la revisión de 154 puntos de seguridad, y entre ellos la autenticidad de las facturas.


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